Evaluar las consecuencias demanda estar atento a implicaciones en el seno del gobierno, si bien no ha dado mayores señales, pero es también reconocible que el gobierno tiene poca sensibilidad conque el sistema productivo se paralice
En la última semana se convocaron dos paros nacionales, uno de 24 horas
-el 20 Julio-, y el segundo de 48 - los días 26 y 27 Julio-, recurso
que no se utilizaba en el ambiente político y laboral venezolano desde
diciembre del 2002. Previo a la convocatoria del primero, en el ámbito
de la oposición se realizó un intercambio si se calificaba de paro o de
huelga, también que quién lo convocaría, de cuales eran los objetivos, y
cuál el papel de los sindicatos, los empresarios y sus empresas.
En el convulsionado año 2002 se contabilizaron 4 paros nacionales, para entonces se recordaba que no teníamos tradición de hacer este tipo de convocatoria, el más reciente para entonces era el convocado por CTV en mayo de 1989, dos meses luego de los sucesos denominados “caracazo” o “sacudón”, y mucho antes la huelga general -1958- que trajo la caída de Perez Jimenez, más de 30 años entre un paro nacional y el siguiente.
Fue en el marco de estos paros del 2002 que ocurrió el vacío de poder que trajo la breve salida de H Chávez del poder, e inmediatamente el golpe de estado de Pedro Carmona con apoyo militar.
En las protestas del presente cuatrimestre, se ha recurrido a diversas modalidades, han habido concentraciones públicas en lugares abiertos o no, en todos los estados del país, en zonas urbanas y rurales, convocadas o espontáneas, en sectores medios y también en populares, marchas a distintos lugares relacionados con las peticiones o la protesta concreta a promover, protestas cerca de los centros de poder, algunas marchas nocturnas, cierres de calles, plantones, y el punto de mayor esfuerzo organizativo y participación fue el importante acto de consulta popular del 16 de Julio, que alcanzó a más de 7.6 millones de personas en las principales ciudades del país y muchas otras del exterior.
Sobre estos puntos se plantea lo siguiente: La aspiración opositora organizada en la MUD, convocante de casi todas las actividades hasta entonces realizadas, en esta ocasión de un paro o huelga nacional no quiso arriesgarse sin antes consultar y oir a diversos sectores vinculados con su organización e impacto. Esto determinó que el paro fuera convocado no solo por la MUD, sino también por otras entidades de la sociedad civil. La mayor visibilidad en esta convocatoria la expresaron las centrales sindicales y los sindicatos nacionales y de base. Todas las expresiones del sindicalismo venezolano, salvo la central oficialista, se adhirieron a la convocatoria, igual ocurrió con los gremios profesionales. Se agregaron organismos comunales y vecinales, estudiantiles, campesinos, religiosos, culturales, académicos y productivos.
Se planteaba que el paro consistía en no realizar labores públicas ni actividades económicas en general como hacer compras, y en lo posible mantenerse en sus hogares. Por tanto era más que una huelga en el sentido convencional laboral, es decir de no realizar las actividades productivas.
Por supuesto el gobierno se defendió y colocó sus recursos para obstaculizar esta convocatoria. La principal vía ha sido con una campaña para desprestigiar y descalificar esta acción de protesta, amenazar y aterrorizar; presiones y amenazas a los empresarios. El Seniat ha sido un instrumento que ha repartido multas y cierres de empresas, pero en muchos lugares los clientes y personas que se encontraban cerca impidieron estas acciones. Igualmente el Ministerio de los asuntos del trabajo ha hecho otro tanto. Este despacho asume erráticamente que los trabajadores se van al paro por presiones de los patronos, pero en esta ocasión los gremios empresariales no han sido convocantes del paro. Si han expresado públicamente que no se oponen a que los trabajadores lo asuman, y que por tanto no se les afectará económicamente.
Sobre las consecuencias del paro, se tiene por un lado el aporte en vidas humanas, 10 fallecidos a balazos casi todos por la acción represiva del gobierno, una cantidad no determinada de heridos. Mas de 400 detenidos, que serán sometidos a juicios militares que violan elementales derechos humanos, y se agregan a los anteriores para alcanzar un total de 4848, según cifras del Foro Penal.
Evaluar las consecuencias demanda estar atento a implicaciones en el seno del gobierno, si bien no ha dado mayores señales, pero es también reconocible que el gobierno tiene poca sensibilidad conque el sistema productivo se paralice. Las evidencias nos las dicen que vivimos en una sociedad con tantas carencias de productos básicos, al tiempo de tener un gobierno que no reacciona a tan importante hecho sino a priorizar a todo costo su preservación en el ejercicio del poder.
Leer más en: http://www.elmundo.com.ve/Firmas/Hector-Lucena/Como-evaluar-el-paro-nacional.aspx#ixzz4ojvhOvfM
En el convulsionado año 2002 se contabilizaron 4 paros nacionales, para entonces se recordaba que no teníamos tradición de hacer este tipo de convocatoria, el más reciente para entonces era el convocado por CTV en mayo de 1989, dos meses luego de los sucesos denominados “caracazo” o “sacudón”, y mucho antes la huelga general -1958- que trajo la caída de Perez Jimenez, más de 30 años entre un paro nacional y el siguiente.
Fue en el marco de estos paros del 2002 que ocurrió el vacío de poder que trajo la breve salida de H Chávez del poder, e inmediatamente el golpe de estado de Pedro Carmona con apoyo militar.
En las protestas del presente cuatrimestre, se ha recurrido a diversas modalidades, han habido concentraciones públicas en lugares abiertos o no, en todos los estados del país, en zonas urbanas y rurales, convocadas o espontáneas, en sectores medios y también en populares, marchas a distintos lugares relacionados con las peticiones o la protesta concreta a promover, protestas cerca de los centros de poder, algunas marchas nocturnas, cierres de calles, plantones, y el punto de mayor esfuerzo organizativo y participación fue el importante acto de consulta popular del 16 de Julio, que alcanzó a más de 7.6 millones de personas en las principales ciudades del país y muchas otras del exterior.
Sobre estos puntos se plantea lo siguiente: La aspiración opositora organizada en la MUD, convocante de casi todas las actividades hasta entonces realizadas, en esta ocasión de un paro o huelga nacional no quiso arriesgarse sin antes consultar y oir a diversos sectores vinculados con su organización e impacto. Esto determinó que el paro fuera convocado no solo por la MUD, sino también por otras entidades de la sociedad civil. La mayor visibilidad en esta convocatoria la expresaron las centrales sindicales y los sindicatos nacionales y de base. Todas las expresiones del sindicalismo venezolano, salvo la central oficialista, se adhirieron a la convocatoria, igual ocurrió con los gremios profesionales. Se agregaron organismos comunales y vecinales, estudiantiles, campesinos, religiosos, culturales, académicos y productivos.
Se planteaba que el paro consistía en no realizar labores públicas ni actividades económicas en general como hacer compras, y en lo posible mantenerse en sus hogares. Por tanto era más que una huelga en el sentido convencional laboral, es decir de no realizar las actividades productivas.
¿Contra quién era la huelga
general de actividades económicas? contra el gobierno nacional. En sus
objetivos se confirmaban las aspiraciones planteadas por la oposición
desde el fallido diálogo de octubre del 2016. Los cuatro puntos que se
han venido confirmando en las protestas que arrancaron en la primera
semana de Abril: respeto a la Asamblea Nacional, liberación de los
presos políticos, permitir la ayuda humanitaria y un cronograma de
elecciones. A esto se agregaban las respuestas afirmativas a las
preguntas de la consulta popular del 16 de Julio, que giraban en torno
al rechazo a la convocatoria a una Asamblea Constituyente por parte del
gobierno y una reafirmación de la actual Constitución.
Por supuesto el gobierno se defendió y colocó sus recursos para obstaculizar esta convocatoria. La principal vía ha sido con una campaña para desprestigiar y descalificar esta acción de protesta, amenazar y aterrorizar; presiones y amenazas a los empresarios. El Seniat ha sido un instrumento que ha repartido multas y cierres de empresas, pero en muchos lugares los clientes y personas que se encontraban cerca impidieron estas acciones. Igualmente el Ministerio de los asuntos del trabajo ha hecho otro tanto. Este despacho asume erráticamente que los trabajadores se van al paro por presiones de los patronos, pero en esta ocasión los gremios empresariales no han sido convocantes del paro. Si han expresado públicamente que no se oponen a que los trabajadores lo asuman, y que por tanto no se les afectará económicamente.
La
efectividad del paro es evaluada preliminarmente por los propios
actores que lao promovieron o por los que la reprimieron, con sus
propios sesgos. Los primeros señalan que un 85% en el primer paro y más
del 90% en el segundo, de dos días. El gobierno no asoma valoraciones
cuantitativas, sino que la descalifica de plano. Los empresarios que
asumieron pagar salarios y los beneficios propios de una jornada regular
de trabajo pudieran decir sus % de ausentismo, igual las entidades
gubernamentales. El Seniat cuyas máquinas facturadoras de todo
establecimiento comercial recoge las transacciones realizadas en las
fechas de huelga; y la banca con todo el sistema de transacciones
electrónicas igual podrán informar datos para comparar con las fechas de
actividad comercial y laboral regular. Afortunadamente desde el mismo
día de los paros, los medios de comunicación especialmente con sus
recursos gráficos brindaron imágenes que facilitan la valoración, aún
están en la web. Es importante apuntar que los principales sindicatos
del transporte urbano asumieron los paros, y ello genera consecuencias
directas en su efectividad. De hecho hay persecución contra varios
dirigentes de este sector, lo que confirma el efecto de sus acciones.
Sobre las consecuencias del paro, se tiene por un lado el aporte en vidas humanas, 10 fallecidos a balazos casi todos por la acción represiva del gobierno, una cantidad no determinada de heridos. Mas de 400 detenidos, que serán sometidos a juicios militares que violan elementales derechos humanos, y se agregan a los anteriores para alcanzar un total de 4848, según cifras del Foro Penal.
Evaluar las consecuencias demanda estar atento a implicaciones en el seno del gobierno, si bien no ha dado mayores señales, pero es también reconocible que el gobierno tiene poca sensibilidad conque el sistema productivo se paralice. Las evidencias nos las dicen que vivimos en una sociedad con tantas carencias de productos básicos, al tiempo de tener un gobierno que no reacciona a tan importante hecho sino a priorizar a todo costo su preservación en el ejercicio del poder.
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